Relación entre enfermedad de Crohn y cáncer de colon
Según un estudio de la Federación Española del Aparato Digestivo (FEAD) los pacientes con colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn con afectación colónica tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de colon.
El riesgo de cáncer colorrectal aumenta si la enfermedad inflamatoria intestinal es más extensa y también se incrementa, como es lógico, cuanto más tiempo se padece esta patología. Otros factores que aumentan el riesgo son los antecedentes familiares de cáncer de colon y los pseudopólipos inflamatorios.
Antes de que aparezca el cáncer colorrectal en paciente con enfermedad inflamatoria intestinal suele desarrollarse una displasia. La displasia son cambios en las células que presentan un aspecto anormal al microscopio, no son cancerosas pero pueden convertirse en cáncer. Esta displasia se debe a fallos en la regeneración del colon motivados por la inflamación crónica. La displasia, al igual que los pólipos suelen preceder al cáncer de colon.
La displasia se puede diagnosticar mediante una colonoscopia en la cual se tomarán muestras de las zonas sospechosas de tener estos cambios. Mejor que la propia prueba es la cromoendoscopia, prueba en la cual se tiñe el colon con un colorante que permite destacar las zonas sospechosas para tomar muestras de las mismas mediante una biopsia.
En los pacientes con inflamación extendida a todo el colon el cribado se debe empezar con una colonoscopia a partir de los 8-10 años después del diagnóstico. En los que tienen colitis izquierda se empezaría a los 15 años del diagnostico. En el caso de padecer una colangitis esclerosante en un paciente con enfermedad inflamatoria intestinal debe iniciarse el cribado inmediatamente.
Este artículo se ha basado en el trabajo del Dr. Antonio Moreno Garcia, Especialista de la Fundación Española de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Puerta del Mar en Cádiz y del Dr. Andrés Sánchez Yagüem, Especialista de la Fundación Española de Aparato Digestivo del Hospital Costa del Sol en Marbella.
El riesgo de cáncer colorrectal aumenta si la enfermedad inflamatoria intestinal es más extensa y también se incrementa, como es lógico, cuanto más tiempo se padece esta patología. Otros factores que aumentan el riesgo son los antecedentes familiares de cáncer de colon y los pseudopólipos inflamatorios.
Antes de que aparezca el cáncer colorrectal en paciente con enfermedad inflamatoria intestinal suele desarrollarse una displasia. La displasia son cambios en las células que presentan un aspecto anormal al microscopio, no son cancerosas pero pueden convertirse en cáncer. Esta displasia se debe a fallos en la regeneración del colon motivados por la inflamación crónica. La displasia, al igual que los pólipos suelen preceder al cáncer de colon.
La displasia se puede diagnosticar mediante una colonoscopia en la cual se tomarán muestras de las zonas sospechosas de tener estos cambios. Mejor que la propia prueba es la cromoendoscopia, prueba en la cual se tiñe el colon con un colorante que permite destacar las zonas sospechosas para tomar muestras de las mismas mediante una biopsia.
En los pacientes con inflamación extendida a todo el colon el cribado se debe empezar con una colonoscopia a partir de los 8-10 años después del diagnóstico. En los que tienen colitis izquierda se empezaría a los 15 años del diagnostico. En el caso de padecer una colangitis esclerosante en un paciente con enfermedad inflamatoria intestinal debe iniciarse el cribado inmediatamente.
Este artículo se ha basado en el trabajo del Dr. Antonio Moreno Garcia, Especialista de la Fundación Española de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Puerta del Mar en Cádiz y del Dr. Andrés Sánchez Yagüem, Especialista de la Fundación Española de Aparato Digestivo del Hospital Costa del Sol en Marbella.
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